sábado, 22 de julio de 2017

EL PERRO Y EL GATO



El perro y el gato vienen a diferentes tipos de ayuda.

El perro viene a sostenernos emocionalmente. 
El perro nos ayuda a sanar emociones y a darnos alegría. Nos enseña a vivir el instante, a distraernos de los pensamientos obsesivos.

Y el gato es maestro del desapego. Cuando necesitamos equilibrar algún altibajo emocional bipolar ya sea extremadamente positivo o negativo, o cuando enfermamos. Entonces el gato viene a nosotros para transformarnos y moderar nuestras emociones. 


Quien necesita cariño y se debilita tiene un perro capaz de absorver las enfermedades y dar la vida por sus amos para sacarlos de este laberinto y de una soledad inaceptable por ellos. Apartándolos dándoles más alegría a sus vidas.

Para que luego una vez sanados y fuertes, el gato sigue con la tarea de seguir transformándonos con el desapego y el "pasar de todo".

Es decir, convertirnos en unos simpáticos seres divertidos cuando nos apetezca jugar o experimentar, de silencio y calma interior, y por si fuera poco, nos ayuda a que aprendamos a ser un poquito "sin vergüenzas" o tener más morro en la vida haciendo referencia a esas personas tímidas que no se atreven a hacer todo aquello que desean ya sea por miedo al prejuicio de los demás  o por vergüenza, etc...     

S.E.A

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