Consentir y complacer es lo mísmo que despreciar o herir.
Uno porque nunca la obtuvo. Y el otro porque "se ha acostumbrado".
CUANDO LAS COSAS SE HACEN CON MESURA las EMOCIONES VAN DEJANDO DE ALIMENTARSE y por lo tanto somos LIBRES de ACTUAR CONSCIENTEMENTE.
No se trata de buscar fuera la ATENCIÓN.
Quizá las experiencias que nos llevaron por tanto tiempo jugando nos hicieron creer que todo está fuera y aunque incómodas, los ciclos cambiantes en las emociones, nos hace ver por fin que el cambio lo tenemos que resolver dentro de nosotros.
Somos nosotros los que nos damos justo lo que "necesitamos" en cada momento para llevar nuestro automóvil de forma EQUILIBRADA.
Muchas personas que se vieron despreciadas tratan ahora de complacer a sus hijos para rellenar el hueco que a ellos les faltaron, y creen que así arreglarán esa falta y creen sentirse realizado con ello, pero se equivocan cuando lo hacen.
El orgullo o dolor los puede llevar a fallar
nuevamente y NO les deja ver con claridad que es el mísmo callejón sin salida.
Las cosas a veces pasan por algo. Si queremos despertar hay que buscar el camino medio en TODO. Y la única forma de salir de este viaje sin rumbo a lo loco es con una actitud de ARMONÍA.
Cierto es que las Emociones nos agarran con fuerza y no basta saberlo, así pues hay que practicarlo.
Si sufrimos carencias, la lección es de DARNOS a nosotros mísmos y elevar la autoestima. Mentalizarse y acostumbrarse como los que se acostumbraron a recibir excesos y ahora tendrán que DESACOSTUMBRARSE para NO caer en dependéncias posteriores (que son muy adictas), y crea una expectativa que también lo puede llevar a la auto destrucción, o quizá a tener una vida muy complicada y llena de sufrimiento.
S.E.A
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