domingo, 18 de febrero de 2018

DELIRIO DE PERSECUCIÓN VS MIEDO A LA SOLEDAD

El otro extremo de la polaridad del miedo a ser invadido ya sea personalmente o en tu territorio no es ni más ni menos que el miedo a la SOLEDAD.
Cuando hay una necesidad de "huir de ciertas personas" o de alguna situación determinada y se tiene el deseo de estar solo, es un engaño.
Cuando deseamos algo, NO fluímos. El deseo es sentir impaciencia y ansia.
Al desear huir, es porque se reprime la verdadera necesidad de "calor humano" que lo delata el hecho de sentirse invadido por otros, por la soledad que también sienten.
Y en el fondo no queremos que nos lo recuerden . . .  No queremos verlo ni reconocerlo.
Sentimos la búsqueda de esa soledad al sentirnos agobiados por cosas que,  por el tipo de vida que conllevamos con otras relaciones, nos mantiene "prisioneros" en cierto modo. 

 
Hay situaciones incómodas de gente a la que NO aceptamos por patrones de imperfección y desequilibrios que nos lleva justo a hacer lo contrario de aquello que deberíamos hacer, y que deseamos disolverlas y por eso reprimimos el verdadero estado en el que nos sentimos.  Esa ansiedad NO nos deja descubrir lo que realmente necesitamos en la vida.

Cuando ya sabemos que lo que rechazamos en los demás son los mísmos patrones directos o indirectos . . (ser igual u opuesto).  Entonces es más fácil, mediante la práctica, transmutarlo a conciencia hacia el fín que nos interesa porque lo comprendemos. 



Siempre buscando el camino medio y el más positivo sin que se vaya al extremo opuesto;  Por ejemplo:  "Rechazas a alguien excesivamente tacaño o bien porque eres así, o quizá eres un derrochador en tu actitud" . . .
Son comportamientos mentales en los que los extremos se tocan.  Coexisten en una misma línea vibratoria en la cual, toma un impulso cambiando de un polo hacia el otro. 



Puedes buscar el equilibrio entre ambas, sin rechazar los extremos, simplemente armonizándolos.  Por ejemplo: "Gastar generosamente pero sin descarriarse" o "ser buena gente, pero sin dejarse tomar el pelo" . . . ni bueno ni malo, en su justa medida.  

Moderar en medio de la línea vibratoria sin ir de un extremo hacia el otro, pero siempre tocando más hacia el grado positivo.
Y en el caso de: "si huyes de los invasores - miedo a la soledad";  El equilibrio sería: "Abrirse a ellos con confianza y fluir sin miedo, sabiendo que al abrirnos TODO se disolverá".  Y esa ansiedad les desaparece a ellos y a tí te llenará ese vacío que tenías y que no veías (lo tenías reprimido) por miedo a descubrirlo. Y ese miedo a descubrirlo te llevaba a hacer justo lo opuesto que, gracias a la atracción de la polaridad, "alguien" te mostró lo que tú, en realidad necesitabas ver.
Pero curiosa la polaridad que nos hace reconocer gracias a sus acciones contrarias para buscar ese punto armónico. 
 
La Soledad la elegimos sin esa necesidad de correr a ningún lado. 
Solo la elegimos por PLACER.



Cuando COMPRENDEMOS que el estado de la persona de la que intentas escapar es el mísmo que el nuestro . . .  aunque con reacciones y actitudes contrarias, (pues puede ser que te acose o en su necesidad de no sentirse solo, te busca y puede llegar a ser una pesadilla porque es muy pesado, etc..)  . . .entonces ya NO nos asusta. 
Nos identificamos en parte con ella y por fín acabamos compadeciendola.


S.E.A

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