miércoles, 28 de junio de 2017

COMPARAR

Comparar es de hecho, otra de las trampas de la dualidad.
El que compara, por mínimo que sea el tema, siempre creerá en cosas, asuntos, personas o especies que sean superiores y otras tantas se situarán en un rango inferior. 

¿Y que pasa con esto?

El problema de creer que siempre hay y habrá cosas o seres que valen unos más que otros, nos coloca en estado ilusorio llamado Polaridad o ¨Dualidad. En el que se alimenta una mente artificial llamado Ego. 

Y la única forma de subsistir es alimentándola con movimientos en espirales que van de un extremo de polo opuesto al otro. 
Es decir, ... para alimentar cualquier tema que tenga que ver, por ejemplo, el mundo de la Competéncia, en el que se anima a la gente a que sean demasiado selectivos con el resto y que se discriminen a los otros, haciéndoles desprecios fríamente, pero adulando en exceso a los seleccionados.  


Aquí se genera ese movimiento de un polo hacia otro, del amor excesivo a unos y el completo rechazo hacia otros, creyéndo que unos son superiores a otros.  
Aunque si realmente queremos poner fín a esta ilusión, solo tenemos que equilibrar-nos y ser equitativos en todo.
¿Qué problema ocasiona el hecho de alimentar a este sistema de sociedad en la que vivimos? 
Pues que nunca serás libre aunque hayan muchos momentos que te lo parezca.
Si realmente quieres salir de este automatismo que nos lleva de un lado hacia el otro, solo hay que transformar los extremos o polaridades en comportamientos y pensamientos neutros y lentos.


Actitudes y control de nuestras reacciones emocionales para convertirnos en el observador que ve su própia película sin involucrarse en el escenario que encuentra a su paso..  y ahí, nos daremos cuenta de que no vale la pena compararnos, porque TODO es un teatro que no nos da ningún beneficio personal si no incluímos a todos como parte de nosotros y comprender que competir con el de enfrente es como batallar con nosotros mísmos.


S.E.A

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